sábado, 14 de julio de 2007

Cuando uno como universitario tiene el completo como dieta diaria (junto con las sopaipillas, los arrollados primavera, jamón queso y empanadas de algo-que-parece-queso), al poco tiempo se pone exquisito: mal que mal, el hecho de estar engullendo pan-con-vienesa-con-tomate-con-aceite-con-palta-con-aceite-con-americana-con-aditivos-con-sal
-con-mostaza-con-ketchup-con-mayo-con-ají te puede llevar a dos desiciones en la vida: o morir de acidez crónica o elegir el mejor lugar para comer. Luego de extensos y serios estudios hechos por maisélf durante estos cuatro años, creo que la mejor comida barata de Santiago de Chile se encuentra entre cuatro calles: por el norte, Alameda; por el sur, Sazié; por la cordillera, Echaurren; y por el mar, Avenida España.

Recomiendo no andar por ahí más allá de las 11 de la noche, by the way.

En estos locales y carritos callejeros, están los mejores completos hechos a mano, y más baratos del sector, además de todo lo mencionado al principio, cosas freaks como el tipo de las sopaipas que las vende con cuetes, y mis amados sánguches ave pimiento en hallulla fresca....

Bueno, después de comer tanto, por supuesto que las ganas de ir al baño son más irreprimibles que las ganas de hacer un atentado terrorista a Mega...

Pero entonces, viene una de las cosas que me hacen agradecer la universidad donde estoy: los baños. Mi alma mater es una mugre administrativamente, no siempre te pescan, las secretarias sufren de estrés postraumático (el trauma fue conseguir trabajo, seguro), y apenas te pasas un día en el pago de mensualidad te secuestran la línea telefónica, PERO! los baños son fabulosos...

Existen en cada uno de los nueve pisos que tiene (dividido en dos edificios), y siempre están impecables, es común encontrarte con una tía del aseo limpiando sonriente mientras uno mea y silba al mismo tiempo, y cuando vas corriendo a sentarte a los cubículos no extrañaría encontrarse con ángeles sobre la taza tocando trompetas mientras piensas en la vida y en la muerte, sentado allí, llorando o riendo, mientras el sonido de la cadena se asemeja al de campanas, y el olor se pierde en los vericuetos de lo inmaculado....

Lo bueno es que como son tantos baños, siempre hay uno donde no va nadie más y puedes disfrutar de este placer. ¿O niegas acaso, que es un placer? ¿Ah?

3 comentarios:

SDVB dijo...

Tema: comidas y el baño (jaja)
Pero es cierto, en uno, como universitario, es súper común andar detrás de "buenas picadas", aunque, hace algún tiempo, hicieron un reportaje en TVN en donde salían varios de los lugares que haces mención. Hasta reconocí algunos... hay que tener ciudado para no comer "cualquier cosa" o atenerse a las consecuencias.

maudo dijo...

Uno de los grandes placeres de la vida,toda la razon,en mi facultad los bañoz dejan mucho que desear...lamentablemente.

Bunny Suit

maudo dijo...

baños...no bañoz.